La Fundación Humanitaria de Gaza, respaldada por Israel y Estados Unidos, perdió el control de su centro de distribución, en medio de un operativo en el que se reportaron disparos del Ejército israelí.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU en los Territorios Palestinos indicó que la mayoría de las heridas habrían sido causadas por disparos del Ejército israelí, que intentaba contener la situación mediante “fuego de advertencia”.
El centro, inaugurado apenas un día antes, fue superado por la magnitud de la emergencia humanitaria en Gaza, donde más de dos millones de personas enfrentan un bloqueo total desde hace 11 semanas. Testigos relataron a la agencia AP que miles caminaron kilómetros para acceder a raciones de alimentos básicos como azúcar, harina y pasta. La situación se volvió caótica por la tarde, cuando la multitud derribó las vallas del perímetro y provocó la retirada del personal logístico.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, admitió en un discurso nocturno una “pérdida de control momentánea”, aunque aseguró que ya había sido restablecido el orden. Sin embargo, organizaciones internacionales como la ONU y Médicos Sin Fronteras han rechazado trabajar con la GHF, cuestionando su capacidad operativa y neutralidad. “Lo ocurrido confirma que no estaban preparados”, declaró Stéphane Dujarric, portavoz del organismo.
A la controversia se suma la reciente dimisión del fundador de la fundación, Jake Wood, quien denunció que era imposible operar con principios de humanidad e imparcialidad en medio de presiones políticas. Mientras tanto, Estados Unidos insiste en que el canal de ayuda sigue siendo necesario para evitar que Hamás se apropie de los suministros, aunque las imágenes del caos ya han provocado fuertes críticas a la estrategia humanitaria impuesta en el enclave.