El gobierno panameño reafirmó su soberanía sobre el Canal de Panamá tras la revelación de que la administración de Donald Trump solicitó al Pentágono evaluar opciones militares para garantizar el control de la vía interoceánica.
El canciller Javier Martínez-Acha enfatizó que el Canal “pertenece a los panameños y seguirá siendo de ellos”, rechazando cualquier injerencia extranjera en su operatividad.
De acuerdo con informes de NBC News y CNN, Trump ordenó al Departamento de Defensa considerar desde la cooperación con fuerzas panameñas hasta el uso de la fuerza para asegurar el acceso irrestricto al Canal, citando preocupaciones sobre la influencia china en la región. Sin embargo, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, desmintió estas versiones, calificándolas como “mentiras” y asegurando que el Canal “no está en proceso de recuperación”.
Martínez-Acha recalcó que “Panamá se mantiene firme en la defensa de su territorio, su canal y su soberanía”, y aclaró que, aunque existen acuerdos de cooperación en materia de seguridad con EE.UU., no hay conversaciones sobre el envío de tropas estadounidenses. Actualmente, la seguridad del Canal está a cargo de fuerzas panameñas especializadas, conforme a los Tratados Torrijos-Carter de 1977, que establecieron la transferencia de la vía a Panamá en 1999 y la eliminación de bases militares estadounidenses en el país.
La polémica refleja una nueva tensión diplomática entre Panamá y EE.UU., con el país centroamericano rechazando cualquier intento de intervención y Washington priorizando sus intereses estratégicos en la región.