Según los informes, el bombardeo tuvo como objetivo instalaciones utilizadas por los hutíes para financiar sus operaciones a través de la venta ilegal de combustible, dejando 74 víctimas fatales y 171 heridos
Imágenes satelitales muestran daños significativos en tanques y vehículos en el puerto, con derrames de petróleo en el mar Rojo. El ataque es parte de una campaña militar intensificada por Estados Unidos desde marzo de 2025, bajo la administración del presidente Donald Trump, con el objetivo de debilitar a los hutíes y proteger las rutas de navegación en el mar Rojo.
Hasta el momento, el Comando Central de EE. UU. no ha proporcionado estimaciones oficiales sobre las bajas civiles o los daños causados por el ataque. Los hutíes, respaldados por Irán, han intensificado sus ataques contra buques estadounidenses e israelíes en respuesta al bloqueo israelí a Gaza.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por la escalada del conflicto y el impacto humanitario en la región. Organizaciones de derechos humanos han instado a todas las partes a respetar el derecho internacional humanitario y proteger a la población civil.