Hasta la tarde de este jueves, más de 61.000 personas habían pasado por el templo, según cifras oficiales.
En una medida sin precedentes recientes, el Vaticano mantuvo abierta la basílica de San Pedro durante toda la noche del miércoles al jueves, ante la masiva afluencia de fieles que siguen llegando para rendir homenaje al papa Francisco.
Las puertas también se cerraron durante una hora (entre las 6:00 a. m. y las 7:00 a. m.) para permitir labores de limpieza. Para garantizar el orden, el Vaticano desplegó un operativo especial de seguridad y logística que incluyó la instalación de barreras para organizar las filas, distribución de agua potable y refuerzos en los controles policiales.
Se estima que más de 200.000 personas asistirán al funeral, lo que ha llevado a activar un dispositivo con más de cuatro mil agentes de seguridad y la implementación de una zona de exclusión aérea en los alrededores del Vaticano.
El papa Francisco, primer pontífice latinoamericano, será recordado por su cercanía con los más vulnerables, su defensa del medio ambiente y su impulso a reformas internas en la Iglesia.