Este refugio natural, ubicado en las laderas de la Cordillera Oriental de los Andes colombianos, se encuentra en el municipio de Choachí. Este destino es reconocido por sus aguas termales medicinales, que alimentan piscinas, jacuzzis y salas de sauna y turco, brindando una experiencia de bienestar. Para quienes buscan escapar del estrés y conectarse con la naturaleza, es un lugar ideal para la relajación. El viaje hacia Termales Santa Mónica promete ser una experiencia inolvidable. A lo largo del recorrido, los visitantes pasarán cerca de Monserrate y Guadalupe, dos de los puntos más emblemáticos de Bogotá. Además, la travesía atraviesa el Páramo de Cruz Verde, donde se pueden contemplar montañas, niebla y flora típica de la región. Para llegar desde Bogotá en carro particular, existen dos rutas principales. La primera opción es tomar la Calle 26, continuar por la Circunvalar, pasar por Monserrate y el Instituto Roosevelt, girar a la izquierda y seguir hasta Choachí. La segunda alternativa es tomar la Calle Sexta, salir por Egipto y tomar la vía principal hacia el municipio. Ambas rutas permiten disfrutar de un paisaje espectacular y llegar en aproximadamente 50 minutos. Los viajeros también pueden optar por el transporte público. Las busetas salen del terminal ubicado en la Calle 6 #15-28, debajo de la Policía Metropolitana de Bogotá. El pasaje cuesta aproximadamente $14.000 hasta Choachí, y desde allí, los traslados internos hacia los termales tienen un costo de alrededor de $3.000 por persona. Para los más aventureros, también es posible caminar unos 2 kilómetros desde el centro del municipio hasta el destino.
Suesca un destino de aventura, cultura y naturaleza
Suesca, un pequeño municipio ubicado a tan solo una hora y quince minutos de Bogotá, es el destino perfecto para quienes buscan una experiencia única de aventura y conexión con la naturaleza. Famoso por su impresionante paisaje rocoso, Suesca es el destino ideal para quienes nunca han practicado escalada. Las rutas para principiantes utilizan la técnica de escalada yoyo, un sistema de polea que permite descansar en cualquier momento, suspendido como en un columpio. Este método hace que la experiencia sea segura y accesible. Además, el acceso a las rocas es muy cercano, a solo cinco minutos a pie desde los parqueaderos. Más allá de la escalada, Suesca ofrece un viaje cultural que conecta a los visitantes con su pasado precolombino. Para los pueblos indígenas, las cuevas eran sitios sagrados, considerados el vientre de la tierra, espacios de meditación y limpieza espiritual. Hoy, siguen siendo un punto de encuentro con la naturaleza y la historia. La experiencia inicia con una caminata de dificultad media a través de tres veredas del municipio. Al llegar a la caverna La Chocuencia, los participantes recorren 200 metros sorteando obstáculos mientras intentan mantenerse secos. Más que un reto físico, este recorrido invita a la reflexión en un entorno lleno de historia y misticismo. Suesca también cuenta con rutas de senderismo para todos los niveles. Los más aventureros pueden optar por caminatas exigentes, como la del Cerro de las Tres Viejas, un trayecto de 8 km que desafía cuerpo y mente. Para quienes prefieren un recorrido más tranquilo, el Farallón de Roca o la ruta panorámica ofrecen vistas espectaculares y la oportunidad de explorar su biodiversidad. En cada sendero, la flora y fauna local enriquecen la experiencia, en un paisaje con más de 488 años de historia. La oferta de actividades no termina en la montaña. El avistamiento de lechuzas Tyto alba es una de las experiencias más fascinantes del lugar. En una excursión especial, los participantes navegan en pontón por el río Bogotá, recorriendo el cañón en un ambiente de silencio y naturaleza. La posibilidad de ver sobrevolar a estas aves nocturnas añade un toque mágico al recorrido. A solo 15 minutos del casco urbano, esta actividad se realiza por la única vía rural pavimentada del sector, lo que facilita el acceso a este rincón natural.
La ruta Chingaza: un viaje inolvidable por los senderos del páramo
En el corazón de los Andes colombianos, el Parque Nacional Natural Chingaza se erige como un refugio de vida silvestre y un destino imperdible para los amantes de la naturaleza. Sus senderos invitan a la exploración, combinando aventura, historia y conservación en un escenario de imponente belleza. Este majestuoso parque, que alberga páramos, bosques altoandinos y lagunas ancestrales, es un santuario natural que conecta a los viajeros con la biodiversidad única de la región. A lo largo de sus senderos, los visitantes no solo disfrutarán de paisajes espectaculares, sino que también aprenderán sobre la vital función hídrica de este ecosistema y descubrirán la rica historia de los pueblos indígenas que habitaron estas tierras. Desde el emblemático oso andino hasta el cóndor de los Andes, la fauna que habita en Chingaza convierte cada recorrido en una experiencia inolvidable. Uno de los senderos más destacados es el Sendero Suasie, un recorrido ideal para aquellos que desean conocer más sobre la biodiversidad del páramo y su importancia en el ciclo del agua. Este trayecto ofrece vistas panorámicas del Embalse de Chuza, permitiendo a los visitantes apreciar la belleza de la naturaleza mientras aprenden sobre el papel fundamental que juegan los páramos en la regulación hídrica de las grandes ciudades. El Sendero Suasie es un punto de partida perfecto para comprender cómo estos ecosistemas contribuyen al abastecimiento de agua en Colombia. Para quienes buscan una experiencia más inclusiva, el Sendero Accesible de los Sentidos ofrece una forma única de conectar con la naturaleza a través de todos los sentidos. Diseñado para personas con movilidad reducida, este sendero permite disfrutar del parque de manera accesible y sensorial. Los visitantes podrán tocar, oler, escuchar y observar los elementos naturales que componen el paisaje, creando una experiencia profunda y enriquecedora para todos los públicos. El recorrido hacia las Lagunas de Siecha es otra de las joyas de la Ruta Chingaza. Estas lagunas, de gran significado espiritual para la cultura Muisca, ofrecen un viaje fascinante tanto por su belleza como por su importancia histórica. Este sendero permite a los visitantes explorar paisajes imponentes y descubrir el valor cultural que estos cuerpos de agua tenían para los pueblos indígenas. Es una caminata que va más allá de la naturaleza, sumergiendo al viajero en un ambiente cargado de historia y misticismo. Finalmente, el Parque Nacional Natural Chingaza ofrece una amplia variedad de senderos para todos los gustos. Desde la Laguna de Chingaza, que es un emblema de conservación ecológica, hasta la Laguna Seca, que proporciona vistas panorámicas del páramo, cada recorrido ofrece una nueva perspectiva del paisaje. Las Lagunas de Buitrago son ideales para los amantes de los humedales, mientras que el desafiante Sendero Cuchillas de Siecha brinda vistas espectaculares desde sus miradores naturales. Con la guía de operadores turísticos como CorpoChingaza, la Ruta Chingaza es la oportunidad perfecta para sumergirse en la naturaleza y la historia de Colombia, convirtiéndose en una experiencia única e inolvidable.
Posada Campesina La Paz: un refugio rústico en la montaña
En lo alto de las montañas, rodeada de paisajes impresionantes y una tranquilidad absoluta, se encuentra La Paz, una posada única que combina lo mejor de la tradición y la modernidad. La posada La Paz es un remanso de tranquilidad, ubicada en un hermoso paraje montañoso donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor, en el municipio de Anolaima. Con una extensión de una hectárea, la finca alberga una casa de 70 años que ha sido cuidadosamente ampliada sin alterar sus muros ni estructuras originales. El objetivo principal de estas modificaciones fue preservar la esencia tradicional del lugar, respetando su historia y la arquitectura colonial que la caracteriza. Este rincón ofrece una experiencia única, perfecta para quienes buscan desconectar del ruido y el estrés de la vida urbana. Desde la finca se puede disfrutar de una vista impresionante que abarca varios pueblos cercanos: La Mesa, Mesitas del Colegio, San Javier, San Joaquín y Quipile. La posada, construida con materiales rústicos y tradicionales, es el refugio perfecto para quienes desean descansar y conectarse con la naturaleza. Cada rincón refleja el espíritu colonial, con elementos que transportan a tiempos pasados, mientras que los detalles modernos aseguran una estancia cómoda y placentera. En el corazón de la posada se encuentra la cocina, equipada con una estufa de leña que mantiene la calidez y el carácter rústico de la región. Sus ventanales abiertos permiten que los huéspedes disfruten del paisaje mientras cocinan. Además, la estufa de carbón, construida en cemento y arena, fue diseñada por un maestro de Boyacá que utilizó técnicas ancestrales para lograr una estructura auténtica y funcional. Los cielos rasos, elaborados en bambú, completan la atmósfera acogedora con detalles que destacan el trabajo artesanal y el respeto por las tradiciones locales. La posada cuenta con una cómoda sala, comedor y cocina, además de dos habitaciones amplias, cada una con baño privado, ofreciendo la privacidad y comodidad necesarias para una estancia perfecta. Un jacuzzi tipo piscina, de tres metros de ancho por cuatro de largo y 1,50 metros de profundidad, proporciona un lugar ideal para relajarse, con un sistema de calefacción que alcanza los 40 grados y un sistema de hidromasajes que asegura una experiencia rejuvenecedora. Este espacio, junto con los senderos para caminar por la finca y las zonas de fogata, permite a los visitantes disfrutar plenamente de la belleza natural que rodea el lugar.
Hacienda las mesitas de Santa Inés: Un viaje sensorial al corazón del café de Colombia
Con una rica historia que data del siglo XIX, esta hacienda cafetera permite a los visitantes sumergirse en el proceso artesanal del café, desde la semilla hasta la taza. La Hacienda Las Mesitas de Santa Inés, ubicada en el pintoresco municipio de Cachipay, Cundinamarca, es un lugar que irradia historia, tradición y belleza natural. En su interior, los visitantes son transportados a un pasado lleno de relatos sobre el cultivo del café. Sus vastos cafetales, protegidos por la sombra de los árboles, crean un paisaje exuberante y lleno de vida. Este lugar no solo es un sitio de producción, sino también un espacio de inmersión cultural, donde cada rincón narra la esencia del café colombiano. En la Hacienda Las Mesitas de Santa Inés se ha grabado la famosa telenovela Café con Aroma de Mujer, una producción que, a diferencia de otras novelas, resalta la cultura cafetera del país. A través de sus escenas, se rinde homenaje a los procesos tradicionales de cultivo y cosecha del café. Este lugar, cargado de historia, es el escenario perfecto para mostrar la importancia de este grano en la vida cotidiana de los colombianos. Además, el recorrido por la hacienda permite conocer a fondo el proceso artesanal que va desde la semilla hasta la taza, ofreciendo una experiencia inmersiva que revela la magia de este producto insignia de Colombia. El itinerario también incluye una parada en el municipio de Zipacón, famoso por su pan de maíz, único en la región. Aquí, los visitantes pueden degustar productos frescos de la zona, como quesos, cuajadas y una variedad de postres elaborados con ingredientes locales. Este pequeño pueblo, guardián de la tradición culinaria de Cundinamarca, brinda una oportunidad para probar sabores auténticos antes de continuar hacia la Hacienda Casa Blanca. En Zipacón, los viajeros también pueden disfrutar de restaurantes locales donde se sirven desayunos tradicionales que capturan la esencia de la gastronomía de la región. Al llegar nuevamente a la Hacienda Las Mesitas de Santa Inés, los visitantes tienen la oportunidad de probar la panela, un producto típico preparado con técnicas ancestrales, que se distingue por su sabor auténtico y frescura. El piquete especial de la hacienda, que combina productos frescos y recetas tradicionales, es una verdadera joya gastronómica, servida de manera muy diferente a los piquetes comunes de carretera. Además, los turistas pueden disfrutar de una degustación de café, preparado con diversos métodos, lo que permite explorar la versatilidad y complejidad de los sabores del café colombiano. Finalmente, la experiencia en la Hacienda Las Mesitas de Santa Inés se convierte en un recuerdo inolvidable, no solo por la historia y la tradición que encierran sus muros, sino también por la belleza de su entorno natural. Cachipay, con su clima templado y montañas rodeadas de ríos, es el destino ideal para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo. Su cercanía a Bogotá lo convierte en un lugar perfecto para escapar del bullicio urbano y sumergirse en un ambiente de paz y serenidad. Así, la visita a la Hacienda Las Mesitas de Santa Inés no solo es un recorrido por el pasado y presente del café, sino también una oportunidad para disfrutar la naturaleza y la gastronomía de una región que, con su historia y paisajes, ofrece una experiencia única e inolvidable.
Aventura entre alas y paisajes: el encanto del aviturismo en la Hacienda La Leona
Con más de 150 especies de aves y un entorno natural impresionante, la Hacienda La Leona, ubicada en Ubalá, Cundinamarca, ofrece una experiencia única de conexión con la naturaleza. Este destino es ideal para quienes buscan disfrutar de caminatas guiadas, aprender sobre la fauna local y desconectarse del bullicio urbano. Más que una finca histórica, La Leona es un paraíso para el aviturismo, ya que se encuentra en una zona privilegiada para la observación de aves. Sus paisajes, rodeados de montañas, bosques y ríos, permiten a los visitantes sumergirse en el fascinante mundo de las especies locales y migratorias en un ambiente de tranquilidad y belleza natural. En sus tierras habitan más de 150 especies de aves, como colibríes, tucanes y águilas, convirtiéndola en un lugar imperdible para los amantes de la observación de fauna. A través de senderos guiados, expertos locales enseñan sobre la biología, hábitos y migración de las aves, mientras los visitantes recorren diversos ecosistemas que van desde bosques húmedos hasta zonas de sabana, lo que garantiza una experiencia variada y enriquecedora. Además del aviturismo, la Hacienda La Leona ofrece una inmersión total en la naturaleza. Sus senderos permiten disfrutar de caminatas entre paisajes espectaculares, brindando la oportunidad de desconectarse del ritmo acelerado de la ciudad y respirar la calma del campo cundinamarqués. La sostenibilidad es un pilar fundamental en este espacio, por lo que los visitantes también aprenden sobre la conservación de los recursos naturales y el respeto por la fauna local. Si planeas visitar la Hacienda La Leona, algunos consejos te ayudarán a aprovechar al máximo la experiencia. Se recomienda llevar ropa cómoda y adecuada para el clima de la región, que varía entre fresco y cálido según la altitud. También es importante llevar binoculares para la observación de aves y una cámara fotográfica para capturar los momentos especiales. No olvides protector solar, repelente de insectos y suficiente agua para las caminatas. Finalmente, sigue siempre las indicaciones de los guías locales, expertos en la flora y fauna de la zona.
Explorando la ruta de orquídeas en Supatá: una joya natural de Cundinamarca
Con más de 5.000 plantas sembradas, esta ruta se ha convertido en un atractivo ecoturístico de gran belleza, donde los visitantes pueden disfrutar de la majestuosidad de estas flores emblemáticas de Colombia. Supatá, ubicado en la provincia del Gualivá, se encuentra a tan solo 76 kilómetros al noroccidente de Bogotá, siendo un destino accesible y lleno de belleza natural. Este encantador municipio es conocido por su biodiversidad única, que lo convierte en uno de los puntos más interesantes para los amantes de la naturaleza en Cundinamarca. Entre sus mayores tesoros está la Ruta Dulce Nacional, un emprendimiento que ha impulsado la impresionante ruta de orquídeas, un recorrido que invita a explorar la flora local y disfrutar de paisajes excepcionales. La ruta de orquídeas en Supatá se ha consolidado como una experiencia de ecoturismo fascinante. A lo largo del recorrido, los visitantes pueden admirar la majestuosidad de estas flores emblemáticas de Colombia, que florecen en todo su esplendor. Cada parada ofrece una nueva perspectiva de estas plantas exóticas, reconocidas por su belleza y diversidad. Los paisajes que acompañan la ruta están llenos de colores vibrantes y aromas cautivadores que solo la naturaleza en su estado más puro puede ofrecer. Lo que hace aún más especial a la Ruta de las Orquídeas de Supatá es el esfuerzo en su conservación y crecimiento. Actualmente, cuenta con cerca de 5.000 plantas sembradas a lo largo del recorrido, pertenecientes a diferentes géneros y especies. Este trabajo enriquece la biodiversidad loca y fomenta la preservación de estas especies tan valiosas para el ecosistema. Los turistas tienen la oportunidad de observar orquídeas en su hábitat natural, aprendiendo sobre su cultivo, características y la importancia de su conservación. Este recorrido es ideal para quienes disfrutan del ecoturismo, la fotografía y el estudio de la flora. Cada rincón de la ruta brinda una nueva oportunidad para capturar la esencia de la naturaleza, ya sea a través de una cámara fotográfica o simplemente apreciando el entorno. Además, la ruta de orquídeas atrae tanto a turistas locales como a visitantes internacionales interesados en conocer la biodiversidad colombiana en su máximo esplendor.
Vive la aventura subterránea más fascinante en la majestuosa Catedral de Sal de Zipaquirá
A solo 29 kilómetros de Bogotá, este destino único te invita a caminar por sus pasadizos subterráneos, rodeado de paredes de sal que brillan con una luz mágica. Ubicada a 180 metros bajo tierra, esta maravilla arquitectónica te sumergirá en un ambiente único, rodeado de paredes de sal que resplandecen con una luz mágica. Cada paso que des dentro de la catedral te transportará a otra dimensión, ofreciéndote una conexión profunda con la historia y la espiritualidad que se respira en este impresionante santuario subterráneo. Zipaquirá, un pintoresco municipio situado a tan solo 29 kilómetros de Bogotá, es el destino perfecto para una escapada rápida que te permita desconectar sin tener que viajar largas distancias. Aunque su principal atractivo es la Catedral de Sal, Zipaquirá es mucho más que eso. Este encantador pueblo combina lo mejor de la historia, la cultura y la naturaleza, lo que lo convierte en un lugar ideal para explorar y disfrutar de una experiencia auténtica y fascinante. La Catedral de Sal no solo es una obra maestra de la ingeniería, sino también un símbolo de la fe y la tradición de Colombia. Durante tu visita, podrás admirar sus detalles arquitectónicos, explorar sus pasillos y contemplar sus majestuosos altares y esculturas, todo ello dentro de una mina de sal que se ha transformado en un espacio lleno de energía. Cada rincón te invita a reflexionar sobre el legado cultural e histórico que representa este lugar. Además de su riqueza histórica, Zipaquirá te sorprenderá con su gastronomía. El municipio ofrece una deliciosa mezcla de sabores que van desde los platos tradicionales autóctonos hasta las influencias más modernas de la cocina internacional. Al recorrer sus calles, podrás disfrutar de una comida típica, como la arepa de choclo, o probar una de sus famosas empanadas, mientras te deleitas con la calidez y hospitalidad de sus habitantes. Sin lugar a dudas, Zipaquirá es un destino que cautiva todos los sentidos. ¿Cómo llegar a Zipaquirá? La forma más fácil de llegar a Zipaquirá es en carro o transporte público. Desde Bogotá, toma la autopista norte, pasa el peaje de los Andes y continúa por la vía Chía-Zipaquirá. Una vez llegues a Zipaquirá, ingresa por la calle 1ª hasta llegar al Parque Villaveces, donde encontrarás la entrada a la Catedral de Sal. Si prefieres tomar el tren, puedes abordar el Tren de la Sabana en el centro comercial Gran Estación o Usaquén, en la Avenida 9 con Calle 110, y llegar cómodamente a este fascinante destino.
Descubre la magia del Molino Gourmet y el American Park de Pasca
Ubicado en el corazón de Pasca, el parque de diversiones es el destino perfecto para una escapada llena de magia, diversión y momentos especiales. El parque de diversiones de Pasca es un lugar lleno de magia y diversión, ideal para pasar un día en familia, con amigos o en pareja. Entre sus principales atracciones se encuentran una variedad de juegos mecánicos y espacios recreativos que garantizan entretenimiento para todas las edades. Uno de los lugares más encantadores de este parque es la Fuente de los Deseos, un sitio lleno de encanto y tradición, donde los visitantes lanzan monedas pidiendo que sus sueños se hagan realidad. Desde allí, se pueden contemplar los atardeceres más hermosos, especialmente desde la terraza del parque, que ofrece una vista impresionante. Desde esa terraza, los visitantes pueden admirar dos monumentos que resaltan en el paisaje: la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad. Estos íconos, ubicados en un entorno pintoresco, no solo permiten disfrutar de un momento de tranquilidad, sino que también son el escenario perfecto para momentos románticos. El puente cercano, donde los enamorados sellan su amor con un candado, es un lugar ideal para propuestas matrimoniales o simplemente para disfrutar del ambiente lleno de simbolismo y belleza. Al caer la noche, el parque se transforma en un espectáculo de luces, pues se ilumina por completo, creando una atmósfera mágica y fascinante. El parque también cuenta con un amplio parqueadero, lo que lo convierte en un sitio accesible y cómodo para aquellos que visitan en vehículo propio. Además, para quienes deseen quedarse un poco más, hay cuatro cabañas disponibles, perfectas para descansar y disfrutar de la tranquilidad del lugar. Pero uno de los atractivos más singulares del parque es el Molino, que tiene su propia fábrica de cerveza artesanal. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de cervezas únicas, como la cerveza de mora silvestre o la innovadora cerveza Life, elaborada a base de flor de Jamaica. Estas cervezas artesanales son el acompañamiento perfecto para una experiencia gastronómica excepcional. En cuanto a la oferta gastronómica, el restaurante Francachela es una opción deliciosa para quienes disfrutan de la comida italiana y coctelería. En este lugar, se pueden saborear platos tradicionales de la cocina italiana acompañados de una variada selección de cócteles, lo que convierte la visita al parque en una experiencia completa para todos los sentidos. Sin duda, el parque de diversiones de Pasca es un destino que ofrece no solo entretenimiento, sino también momentos de reflexión, romance y disfrute gastronómico en un entorno único.