La gastronomía de Cundinamarca se ha convertido en uno de los principales protagonistas de la Navidad 2025, al reunir preparaciones ancestrales, técnicas campesinas y recetas que han pasado de generación en generación.
En esta temporada, los municipios del departamento y la capital celebran las festividades con mesas llenas de productos locales, aromas tradicionales y platos que evocan la identidad regional. Entre los platos principales más representativos se encuentran el tamal santafereño, preparado con masa de maíz, pollo, cerdo, costilla y huevo; el clásico ajiaco santafereño con sus tres tipos de papa y guascas; y el icónico puchero bogotano, un guiso robusto que reúne varias carnes y verduras.
A estos se suma la lechona, protagonista en reuniones familiares y celebraciones al aire libre, así como las proteínas rellenas como pavo, pernil y rollos de carne, acompañadas generalmente con ensalada de papa o manzana. La oferta culinaria de las festividades también incluye acompañamientos y pasabocas que no pueden faltar en las noches decembrinas.
Buñuelos y natilla en versiones de panela, canela o arequipe encabezan la lista, seguidos por la tradicional fritanga, muy apetecida en los municipios cundinamarqueses, y el sancocho trifásico, popular en los almuerzos del 25 de diciembre o el primero de enero, ideal para recuperar energías tras las celebraciones. Para quienes buscan cerrar la noche con un dulce típico, la región ofrece postres que evocan el sabor casero y la tradición familiar.
El Brazo de Reina, las brevas con arequipe y otras artesanales como el sabajón producido en municipios como Tibirita o Zipaquirá bebidas que acompañan las sobremesas y se han consolidado como emblemas de las recetas navideñas locales. Más allá de los ingredientes y técnicas, la Navidad en Cundinamarca se vive alrededor de la unión familiar.
Las autoridades y líderes culturales invitan a las comunidades a rescatar sus recetas tradicionales, cocinar en conjunto y compartir la mesa como un acto de paz, armonía y reconciliación. En cada hogar, la comida no solo alimenta: también fortalece la memoria, une generaciones y renueva el espíritu navideño.








