El hecho se realizó en el Agroparque Sabio Mutis, Jardín Botánico de la Universidad Minuto de Dios, un espacio de 39 hectáreas dedicado a la investigación científica y la restauración del bosque seco tropical.
La acción de desarrollada por la CAR Cundinamarca, permitió la liberación de 32 animales silvestres que completaron su proceso de recuperación tras ser rescatados por tráfico ilegal, tenencia indebida, entregas voluntarias o accidentes viales, en una zona de reserva ubicada entre Tena y La Mesa, un territorio clave para la conservación en la provincia del Tequendama. “Esta acción confirma nuestro compromiso por devolver a la naturaleza especies rescatadas para que retomen sus hábitos y sigan prestando sus servicios a los ecosistemas donde ahora habitan”, afirmó Nidia Cruz, directora regional Tequendama de la CAR.
En el lugar de liberación se registran 235 especies de aves, 400 mariposas y polillas y más de 100 especies de hormigas, convirtiéndo la zona en un refugio estratégico para la fauna afectada por la urbanización y la sobreexplotación de recursos naturales. El proceso fue realizado en colaboración con el Jardín Botánico, quiénes lideraron la recuperación y posterior reintegración de los animales, entre los que se encuentran siete guacharacas, quince búhos, seis zarigüeyas y cuatro pericos verdes escuderos. “Agradecemos al Parque Sabio Mutis por recibir estos 32 animales silvestres. Con esta entrega ya son 201 animales que han regresado a sus hábitats en nuestra Regional Tequendama”, añadió Cruz.
La CAR explicó que estas liberaciones hacen parte de su misión de restaurar el equilibrio ecológico y proteger la biodiversidad del territorio. El padre Héctor López López, cofundador del parque, resaltó que este ecosistema es objeto de estudios internacionales: “Estamos restaurando el bosque seco tropical con el fin de proteger las especies que aquí encontramos. En este momento tenemos 235 especies de aves registradas, 42 de abejas, 400 mariposas y más de 100 especies de hormigas”.
“Esta alianza contribuye a preservar la casa común y proteger la diversidad de fauna y flora que habita este territorio y que, por causas como la urbanización acelerada y la explotación sin regulación de las fuentes hídricas, se encuentra amenazada”, puntualizó la directora regional de la CAR.








