El 9 de septiembre, manifestantes incendiaron el Parlamento de Nepal en Katmandú durante protestas masivas contra la corrupción, que derivaron en la renuncia del primer ministro Oli y en ataques a residencias de altos funcionarios.
Nepal atraviesa una de las crisis políticas más graves de su historia reciente. Miles de manifestantes salieron a las calles de Katmandú para exigir la renuncia del primer ministro K. P. Sharma Oli, acusado de corrupción y mala gestión. La protesta culminó con el asalto y posterior incendio del Parlamento Federal, que quedó envuelto en llamas tras la rápida propagación del fuego.
Imágenes difundidas muestran a grupos de manifestantes ingresando al recinto legislativo mientras coreaban consignas contra el Gobierno y quemaban mobiliario. En paralelo, otros grupos atacaron la residencia de la ministra de Asuntos Exteriores, Arzu Rana Deuba, lo que desató un clima de caos en la capital.
Horas más tarde, el propio Oli presentó su dimisión, confirmada por la oficina del primer ministro. Aunque la noticia fue recibida con celebraciones en las calles, los manifestantes insistieron en que su movimiento continuará. “Luchamos contra la corrupción… Hatyara Sarkar (gobierno asesino)”, gritaban algunos participantes en las protestas citados por Al Jazeera.
La policía informó que varios edificios gubernamentales también fueron incendiados y que se mantiene un fuerte despliegue de seguridad en Katmandú y alrededores. De acuerdo con AP, hasta ahora no hay un balance oficial de víctimas, pero sí decenas de heridos atendidos en hospitales locales.








