Municipios de Cundinamarca como Arbeláez, Tocaima, Fusagasugá, Anapoima, Silvania y Cabrera se benefician con estas obras sostenibles para la prevención de deslizamientos.
Más de 11 obras de ingeniería han sido implementadas en estos municipios, beneficiando a miles de familias en zonas urbanas y rurales, con el objetivo de reducir el riesgo de deslizamientos y frenar los procesos de erosión.
Se trata de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) que controlan el movimiento de las aguas superficiales, disminuyendo su velocidad y estabilizando el suelo mediante técnicas como filtros y trinchos vivos, terrazas, zanjas de drenaje, taponamiento de grietas y plantación de árboles con alta capacidad de retención.
Las intervenciones, lideradas por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), utilizan materiales como guadua, madera, piedra y especies vegetales adaptadas a cada terreno, lo que permite un manejo controlado de la escorrentía y la reducción de la pendiente para minimizar riesgos.
Según Alfred Ignacio Ballesteros Alarcón, director general de la CAR, “gracias a estas iniciativas, un terreno que haya sufrido un deslizamiento y es intervenido con bioingeniería tiene muy bajas probabilidades de volver a verse afectado”.
La meta de la CAR para el cuatrienio 2024-2027 es alcanzar 60 obras de este tipo intervenir terrenos pendientes o planos para el manejo de las aguas superficiales aplicando 6 componentes básicos con alta capacidad de retención de suelo.