En 36 municipios ya funcionan 260 unidades productivas sostenibles, con 81 mil árboles sembrados y 371 reservorios construidos.
Más de 360 familias campesinas en los municipios de Guataquí, Nariño, Agua de Dios, Ricaurte, Nilo, Jerusalén, Tocaima y Girardot, en la provincia del Alto Magdalena, se sumaron a una iniciativa ambiental liderada por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR). El proyecto, conocido como Unidades Productivas Sostenibles (UPS), busca enfrentar el cambio climático a través de prácticas agrícolas y ganaderas responsables con el medio ambiente.
Este modelo promueve acuerdos de conservación mediante los cuales las comunidades se comprometen a proteger sus territorios, mientras reciben apoyo técnico y beneficios para transformar sus fincas en espacios productivos y sostenibles. Las acciones incluyen la construcción y recuperación de reservorios, la siembra de árboles nativos y frutales, la implementación de sistemas silvopastoriles y la elaboración de insumos orgánicos.
“Gracias a este proyecto se optimiza el uso del recurso hídrico y se demuestra que es posible desarrollar una agricultura y ganadería sostenibles”, afirmó Alfred Ignacio Ballesteros, director general de la CAR. El funcionario destacó que uno de los principales objetivos es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del 25 % de la contaminación en Cundinamarca.
A la fecha, el programa ha llegado a 36 municipios, con más de 260 unidades productivas activas. Entre sus principales logros figuran la restauración de 346 hectáreas, la siembra de más de 81 mil árboles, la construcción de 371 reservorios y la recolección de más de 76 mil metros cúbicos de agua lluvia.
La meta para 2027 es ambiciosa: consolidar 5.000 unidades productivas sostenibles, sembrar un millón de árboles nativos, habilitar 5.000 reservorios y recolectar más de 630 mil metros cúbicos de agua, como parte del compromiso institucional frente a la crisis climática.