La ola de calor que afecta a la Franja de Gaza agrava la crisis humanitaria, al aumentar los riesgos por la escasez de agua, la falta de saneamiento y el hacinamiento que enfrentan miles de desplazados y heridos.
En medio del conflicto armado, una intensa ola de calor golpea la Franja de Gaza, agravando la situación de cientos de miles de desplazados internos. Las temperaturas extremas, sumadas a la escasez de agua potable y a las deficiencias en saneamiento, han incrementado las alertas sanitarias en campamentos improvisados y zonas densamente pobladas.
Organismos humanitarios advierten que la exposición prolongada al calor, sin acceso a servicios básicos, puede generar un aumento de enfermedades gastrointestinales, deshidratación y golpes de calor, especialmente entre niños, adultos mayores y personas heridas. Muchos desplazados permanecen bajo carpas de plástico o estructuras improvisadas, sin ventilación ni protección frente al sol.
El Ministerio de Salud de Gaza, con base en datos de la ONU, señala que la crisis hospitalaria también se ha intensificado. Varios centros médicos nooperan por debajo de su capacidad debido a la falta de electricidad y agua, lo que limita la atención adecuada a heridos y enfermos.
Naciones Unidas y organizaciones como Médicos Sin Fronteras han solicitado corredores humanitarios y mayor acceso a suministros, con el fin de mitigar los efectos combinados del conflicto y el clima extremo.