Mientras miles marchan por la igualdad en ciudades como Ciudad de México y São Paulo, aumentan las alertas por retrocesos legislativos, discursos de odio y violencia contra personas LGBTIQ+ en la región.
En medio de las celebraciones del mes del Orgullo LGBTIQ+, que congregan multitudes en Ciudad de México, São Paulo, Buenos Aires y Bogotá, diversas organizaciones de derechos humanos han advertido sobre un preocupante retroceso en las garantías legales y sociales para personas gays, lesbianas, bisexuales y trans en varios países del continente americano.
Reportes recientes de Human Rights Watch y Amnistía Internacional denuncian que al menos nueve países han propuesto o aprobado leyes restrictivas que limitan la expresión de género, los derechos de adopción y la educación sexual inclusiva. En países como El Salvador, Perú y algunas regiones de Estados Unidos, se han incrementado los discursos políticos anti-LGBTIQ+ y los ataques físicos a personas trans.
En contraste con las celebraciones multitudinarias en las grandes urbes, muchas voces advierten que los avances alcanzados en la última década están siendo desmantelados por gobiernos conservadores, grupos religiosos radicales y políticas de exclusión. En Brasil, por ejemplo, líderes parlamentarios han impulsado proyectos para restringir el uso de baños públicos por parte de personas trans, mientras que en Florida se han aprobado restricciones sobre contenidos escolares relacionados con diversidad sexual.
Activistas y organizaciones llaman a no bajar la guardia: “El Orgullo no es solo una fiesta, es una resistencia. No se trata de un mes de colores, sino de décadas de lucha”, señaló Mariana Gómez, vocera de la Red de Mujeres Trans de América Latina. Los defensores de derechos humanos insisten en que la visibilidad y la movilización siguen siendo esenciales para proteger los logros alcanzados frente a las nuevas amenazas.