El presidente de Ecopetrol asegura que no firmó contratos cuestionados y niega cualquier participación en interceptaciones ilegales, mientras la Procuraduría avanza en indagaciones que podrían costarle el cargo.
En medio de crecientes presiones y señalamientos, Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, rompió el silencio a través de un video en el que negó haber cometido irregularidades en su gestión y denunció una campaña de desprestigio en su contra. “Algunas personas quieren hacerse al control de Ecopetrol y por eso me han convertido en blanco de ataques, amenazas y acoso”, afirmó el directivo, actualmente bajo el escrutinio de la Procuraduría General de la Nación.
Roa respondió principalmente a los cuestionamientos por un contrato por más de cinco millones de dólares con la firma Covington & Burling LLP, asegurando que “como presidente, no firmo ni suscribo contratos directamente” y que esa función está delegada en las vicepresidencias corporativas. Añadió que él mismo fue evaluado dentro del proceso contractual y no tenía facultades legales para intervenir en el mismo.
Sobre las acusaciones relacionadas con supuestas interceptaciones de comunicaciones a funcionarios, fue enfático: “Eso es absolutamente falso. Ni yo ni ningún funcionario de Ecopetrol tienen la facultad de hacerlo”. Sin embargo, confirmó que, tras detectar una fuga de documentos confidenciales, se activó un procedimiento de análisis digital dentro del protocolo de ciberseguridad de la compañía.
En el marco de esa revisión interna, ya se han identificado 29 posibles violaciones a los protocolos de seguridad, las cuales fueron informadas a la junta directiva, y se entregarán a las autoridades competentes. Mientras tanto, crecen las versiones sobre una inminente salida de Roa del cargo.