Las protestas por la detención del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, dejaron decenas de manifestantes detenidos en varias ciudades de Turquía, tras enfrentamientos con la policía.
La respuesta ciudadana al arresto de Ekrem Imamoglu, una de las principales figuras de la oposición turca, generó protestas en Estambul, Ankara, Izmir y otras ciudades del país. Las manifestaciones, que comenzaron pacíficamente, derivaron en enfrentamientos cuando las fuerzas de seguridad intervinieron con gases lacrimógenos, cañones de agua y detenciones.
La Plaza Taksim fue escenario de algunos de los mayores choques entre manifestantes y la policía antidisturbios, que arrestó a varias personas que intentaban avanzar hacia el ayuntamiento en rechazo al encarcelamiento de Imamoglu, acusado de presuntas irregularidades administrativas. Asistentes denunciaron uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades, señalando en redes sociales detenciones y golpes a manifestantes.
Organizaciones defensoras de derechos humanos, como Amnistía Internacional, calificaron la represión como “injustificada y alarmante” y exigieron la liberación de los detenidos. El gobierno turco defendió la actuación de las fuerzas del orden, argumentando que las concentraciones no contaban con autorización previa y afectaban el orden público.
La cifra exacta de detenidos no ha sido confirmada oficialmente, pero medios locales estiman que más de 120 personas fueron privadas de la libertad en las primeras 24 horas de protestas. Sectores de la oposición han denunciado que algunos de los detenidos no participaban activamente en los disturbios y anunciaron acciones legales para su liberación.