El presidente Gustavo Petro ha designado a Armando Benedetti como nuevo ministro del Interior, en un movimiento estratégico para destrabar las reformas gubernamentales y consolidar una base política de cara a las elecciones de 2026.
Desde la oposición, la representante a la Cámara Jennifer Pedraza calificó el nombramiento como una “traición al mandato social de cambio” y una “escupida en la cara” a los votantes de Petro. Pedraza recordó que Benedetti, en el pasado, respaldó la reelección de Álvaro Uribe y ha sido señalado por presuntas irregularidades en la financiación de campañas políticas. Su llegada al Ministerio del Interior, según la congresista, contradice el discurso de transformación promovido por el Gobierno.
Por su parte, el senador Jota Pe Hernández sugirió que la designación responde a presiones dentro del Ejecutivo, insinuando que Benedetti habría amenazado con revelar información comprometedora sobre la financiación de la campaña de Petro. Para Hernández, este nombramiento confirma la falta de coherencia y transparencia en la administración actual, lo que incrementa la desconfianza ciudadana.
Desde sectores cercanos al Gobierno, algunos consideran que Benedetti tiene la experiencia y habilidad política para negociar con el Congreso y sacar adelante las reformas pendientes. No obstante, analistas advierten que su historial de polémicas podría erosionar la credibilidad del Ejecutivo y generar tensiones internas en la coalición oficialista.
La llegada de Benedetti al Ministerio del Interior es un punto de quiebre para el Gobierno Petro. Mientras sus aliados destacan su capacidad para gestionar acuerdos, sus críticos ven en su designación una señal de pragmatismo extremo que podría debilitar la confianza en el proyecto de cambio prometido en 2022.