La interrupción del servicio ha afectado gravemente la vida cotidiana de la población, impactando actividades personales, familiares, económicas y laborales. En comunidades rurales como esta, donde las telecomunicaciones son esenciales para mantener el contacto con el resto del país, cientos de personas han quedado totalmente incomunicadas.
“La comunicación es vital, sobre todo en zonas rurales donde dependemos del teléfono e internet para trabajar, estudiar o atender emergencias. No es justo que una empresa tan grande como Claro no resuelva un problema que nos afecta desde hace tanto tiempo”, manifestó un habitante de Sueva.
Esta situación ha reavivado el debate en la comunidad: “¿Sería distinto si aún existiera Telecom, la empresa estatal que, hasta su liquidación en 2003, ofrecía un servicio más consistente en áreas rurales?”. Aunque los avances tecnológicos son evidentes, muchos residentes aseguran que la cobertura y la atención al cliente han empeorado desde la llegada de operadores privados.
Por: Tatiana Linares