Para llegar a este santuario natural, se debe emprender una travesía desde la vereda Manillas, pasando por una carretera destapada y luego una caminata de una hora y media siguiendo el curso del río, el recorrido es un desafío físico y transporta a los visitantes a través del tiempo y la mitología local.Según la tradición oral, la Cascada de la Bruja debe su nombre a una figura mística y benevolente conocida por su sabiduría en el uso de hierbas medicinales.Esta bruja, más que temida, era reverenciada por su pueblo por su naturaleza bondadosa y su conexión con los elementos naturales.Se cuenta que la bruja frecuentaba un lugar especial cerca de la cascada, donde bendijo las aguas con propiedades curativas, durante las noches de luna llena, otras brujas se reunían allí para realizar rituales y ceremonias en honor a la naturaleza y las fuerzas espirituales de la zona.Hoy día, la Cascada de la Bruja sigue siendo un punto de atracción por su historia y misticismo, además de la belleza natural que ofrece.Los pozos naturales y las aguas cristalinas invitan a sumergirse en un ambiente de paz y conexión con la tierra, donde las leyendas ancestrales cobran vida.
Por: Evelin Salazar