El “Salto de los Duendes”, en el municipio de Nocaima, una majestuosa cascada de 45 metros es el escenario de una leyenda que ha perdurado por siglos, donde las mariposas, en sus colores azules y negras, se convierten en símbolos de protección y advertencia.
En Nocaima, se encuentra el Salto de los Duendes, una majestuosa cascada rodeada de misterio y leyendas ancestrales. Según cuentan los antiguos relatos, los indígenas Nocaima, bajo el mando del cacique Payanda, ofrendaban un bebé recién nacido a la diosa Yaraguá durante el solsticio de verano, como muestra de gratitud por la protección y la abundancia. Tras el sacrificio, aparecían mariposas azules, consideradas los espíritus de los niños ofrendados, guiando y protegiendo la naturaleza.
Sin embargo, con la llegada de los colonizadores, esta práctica fue reemplazada por un acto brutal los indígenas sublevados eran arrojados al abismo. Las mariposas azules se convirtieron en negras, un presagio de muerte y sufrimiento, reflejando la tragedia vivida.
Hoy en día, quienes visitan el Salto de los Duendes aún pueden encontrar mariposas de ambos colores. Las mariposas azules continúan siendo un símbolo de protección para quienes respetan la naturaleza, mientras que las negras son vistas como una advertencia para aquellos que dañan el medio ambiente.
Esta leyenda se mantiene viva, recordándonos que la naturaleza, de una forma u otra, siempre nos hará pagar las consecuencias de nuestras acciones.