Cientos de jóvenes yemeníes han sido víctimas de un engaño que los ha llevado a combatir en la guerra entre Rusia y Ucrania, según una investigación realizada por la organización SAM y reportes de Deutsche Welle.

Los reclutadores ofrecían trabajo en Rusia con salarios de hasta 10.000 dólares, pero al llegar al país, las víctimas eran obligadas a participar en el conflicto bélico. Muchas familias yemeníes han perdido contacto con sus seres queridos, y los relatos de maltratos y condiciones inhumanas son alarmantes.

Según SAM, el reclutamiento se lleva a cabo mediante una red internacional que incluye mediadores en Omán, quienes firman contratos con jóvenes sin proporcionar traducciones al árabe.

Una empresa vinculada a Abdulwali Abdo Hassan al Jabri, figura de las milicias hutíes, ha sido señalada como una de las principales facilitadoras. Además, un miembro del consulado ruso en Omán identificado como “Dmitry” ha jugado un papel clave en las operaciones.

Este fenómeno ha sido aprovechado por los hutíes y Rusia para fortalecer sus relaciones estratégicas. Mientras que Rusia busca reforzar sus tropas tras significativas pérdidas en el frente, los hutíes intentan consolidar sus vínculos con Moscú. Sin embargo, el precio lo pagan los jóvenes yemeníes, atrapados en un conflicto que no eligieron y enfrentando condiciones de extrema precariedad, sin acceso a comida ni atención médica.