Sus recientes descubrimientos arqueológicos sitúan a la región como un punto clave en la investigación de la historia de Colombia y Sudamérica.
Uno de los hallazgos más significativos fue el descubrimiento del Hombre de Tequendama, cuyos restos, que datan de aproximadamente 12.500 años a.C., colocan a Soacha entre los lugares más antiguos de Colombia, cruciales para el estudio de la prehistoria.
En la década de 1980, se descubrieron cementerios, urnas y restos de la cultura Muisca en diversas áreas de Soacha. Estos hallazgos muestran una sociedad indígena organizada con prácticas funerarias complejas, dejando un legado cultural que aún perdura.
Con la llegada de los colonizadores españoles, Soacha también fue testigo de la transformación de las prácticas funerarias. En el cementerio de Soacha, una inscripción de 1894 marca la fecha de su construcción, aunque algunos creen que el lugar ya existía antes.
Recientemente, se han encontrado restos óseos en viviendas del centro de Soacha, lo que sugiere que, antes de los cementerios formales, los habitantes enterraban a sus muertos en sus hogares. Estos hallazgos profundizan nuestra comprensión de las costumbres sociales y funerarias precoloniales.
Soacha, por tanto, es un lugar de gran valor histórico, un espacio de constante descubrimiento arqueológico, que sigue revelando los secretos de las antiguas civilizaciones y el impacto de la colonización en Colombia.