En el siglo XIX, Nieves Ramos, una humilde mujer de Pacho, Cundinamarca, se hizo famosa por aparentar tener estigmas y sobrevivir sin alimento, lo que llevó a muchos a considerarla una santa.
Su supuesta santidad llamó la atención del arzobispo de Bogotá, quien la trasladó a la capital para investigar sus milagros.
En 1879, al llegar a Chapinero, multitudes se congregaron para verla, con la esperanza de recibir curaciones milagrosas. Durante cinco días en el Hospital San Juan de Dios, se mantuvo sin pedir comida, lo que aumentó aún más su mística.
Sin embargo, la verdad salió a la luz cuando se descubrió que, bajo su cajón, escondía alimentos y una sonda. El fraude quedó expuesto ante los médicos y religiosas que la vigilaban, y el escándalo se propagó rápidamente por Bogotá.
Ramos fue excomulgada y regresó a Pacho, donde vivió el resto de su vida desacreditada. Su historia, que prometía llevarla a la santidad, terminó en uno de los engaños religiosos más resonantes de la época.
Las investigaciones fueron lideradas por el arzobispo Vicente Arbeláez, mientras que las religiosas del Hospital San Juan de Dios participaron en la vigilancia que reveló el fraude.
