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24 oct. 2023

Antonio Amador José Nariño y Álvarez: traductor de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano

La fascinante historia del precursor de la Independencia de la Nueva Granada.

Antonio Amador José Nariño y Álvarez: traductor de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano
Foto: Proimágenes

El domingo 15 de diciembre de 1793, comenzó a circular por la primera calle real de la ciudad de Santafé de Bogotá, una hoja acabada de imprimir que contenía la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, traducida del francés al español e impresa por el criollo don Antonio Nariño, de 17 artículos, precedidos de un breve preámbulo, el primero de los cuales simplemente decía: "Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos".
 

Don Antonio Amador José Nariño y Álvarez, nació en Santafé de Bogotá el 9 de abril de 1765. Seis días después, el 14 de abril, recibió las aguas bautismales en la iglesia catedral, situada a pocos pasos de su morada, de manos del religioso agustino y teólogo Fray Ignacio López, en ese momento provincial de la orden en el Nuevo Reino de Granada. Actuó como padrino del tesorero oficial real, don Antonio de Ayala y Tamayo, gran amigo y compadre de don Vicente de Nariño y Vásquez, padre del precursor y esposo de doña Catalina Álvarez del Casal, hija del fiscal de la real audiencia de Santafé, don Manuel de Bernardo Álvarez y de doña Josefa del Casal y Freira, abuelos del traductor de los derechos del hombre y del ciudadano, don Antonio Nariño.
 

Al llegar don Antonio Nariño a los siete años, en 1772, su señora madre, doña Catalina, lo preparó para recibir los sacramentos de la comunión y la confirmación. En la catedral de Santafé de Bogotá, de manos del excelentísimo señor arzobispo, Fray Agustín Manuel Camacho y Rojas, de la orden de predicadores, se cumplieron los ritos religiosos. Como padrino de confirmación, actuó don Pedro Escobedo, quien le regaló al ahijado Antonio Amador una silla de montar con estribos y frenos de plata; su aderezo de grana con galón de plata y las pistoleras con cantoneras de cobre. Una escopeta; un juego de hebillas para zapatos con chanelas de plata; una espada; una botonadura de doce botones de oro; un catre con su toldillo y maletera, y una silla de montar para su criado.
 

El 12 de julio de 1778, don Vicente de Nariño y Vásquez falleció en Santafé de Bogotá, dejando huérfanos a Antonio Amador y sus hermanos. Por su gran simpatía personal, su claro talento, conversación amena y prodigiosa, al joven Nariño se le abrió un panorama promisorio. Además, por su clase e influencia social y por su acción política, estaba reservado para altos destinos. 
 

Para volver a la traducción de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano por parte de don Antonio Amador, hay que decir que se imprimieron 100 ejemplares de esa hoja, una de las cuales fue leída por un transeúnte que la compró al precursor, dos o tres ejemplares más repartió a otros amigos o conocidos, quienes igualmente la leyeron escandalizados. Finalmente, alguien le aconsejó que no prosiguiera. Nariño entendió lo que estaba pasando y al efecto regresó a la imprenta "La Patriótica" de su propiedad, regentada por el primer impresor del reino, don Diego Espinosa de los Monteros, y destruyó los que le sobraban de los 100 ejemplares de la edición. Tal fue el miedo que inspiró la palabra libertad en esta conventual ciudad aprisionada por la monarquía en la cúspide de los Andes Chibchas que a don Antonio Amador lo acusaron de sedicioso, llevándolo a la cárcel el 29 de agosto de 1794, fecha que marca su martirologio de 17 años de presidio y torturas.
 

Aquella declaración fue conduciendo a todo el virreinato: se extendió por el norte de Venezuela y las Antillas, donde años después apareció publicada una segunda declaración, complementada con un discurso a manera de preámbulo y un acopio de máximas republicanas, que prescriben consignas políticas, explicaban la razón de los derechos y analizaron la situación de la monarquía frente al pueblo.
 

Nariño fue presidente de la república de Cundinamarca y el 16 de julio de 1813 promovió y sancionó el acta de independencia absoluta de España que proclamó el colegio electoral, y procedió a la formación del primer ejército libertador a cuya cabeza marchó a la campaña del sur, que luego de sucesivas victorias contra el realista culminó con su derrota y apresamiento. Los derechos de los ciudadanos fueron incorporados en las constituciones de las nacientes repúblicas de la Nueva Granada, desde la primera de Cundinamarca de 1811 y las de Tunja, Cartagena, Antioquia y Mariquita.
 

Nota: la filosofía de la libertad se conoció en Santafé mucho antes que la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano y andaba dispersa y oculta en libros enciclopedistas que se encontraban en las bibliotecas de Nariño y Pedro Fermín Vargas, quien primero los recibía en su casa de Zipaquirá, villa a la que, a trueque de miel por sal, junto con otras mercancías llegaban por el camino de la providencia del Socorro, procedentes del puerto de Maracaibo, de contrabando, que la sociedad Guipuzcoana exportaba de España a Venezuela y Nueva Granada para cambiarlas por cacao y cueros de res.
 

 



Por: Duván Carvajal

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