18 de septiembre del 2024- El reciente ataque del ELN en la base militar de Puerto Jordán, Arauca, ha sumido al país en un profundo estado de conmoción y duelo. El atentado ocurrido el 17 de septiembre, cobró la vida de dos soldados y dejó 25 heridos, cinco de ellos de gravedad, marcando el episodio más tenso en los 22 meses del proceso de diálogos de paz. En este trágico contexto, el Gobierno ha suspendido las negociaciones con el ELN, resaltando que su continuidad depende de una clara y firme manifestación de voluntad de paz por parte de la guerrilla.

El presidente Gustavo Petro calificó este ataque como "una acción que prácticamente cierra el proceso de paz con sangre". No obstante, los negociadores del Ejecutivo no descartan retomar los diálogos, pero exigen gestos concretos de paz, como un posible cese unilateral al fuego por parte del ELN. Aunque el camino hacia la paz siempre ha sido complejo, esta suspensión representa un desafío aún mayor, poniendo en pausa el que fuera uno de los principales esfuerzos de la política de "paz total" del Gobierno.

Desde el Ministerio de Defensa, se ha anunciado una ofensiva militar contra el ELN, al tiempo que se expresa solidaridad con las víctimas y sus familias. Este hecho nos recuerda las difíciles circunstancias en las que se encuentra la búsqueda de la paz en Colombia, y subraya la necesidad de que todas las partes se comprometan genuinamente para evitar que más jóvenes colombianos pierdan la vida.